martes, junio 19, 2007

Es que somos muy pobres

Los autos siempre han sido símbolo de masculinidad, todo hombre anhela un coche para poder pasear a su nena, rugir el motor ante otro macho para ver quién tiene más potencia, o simplemente para tener un status... eso no es lo mío.


Lo mío es andar a pata (pues claro, no tiene dinero pa comprarse uno), digamos que soy ecologista, sí me da cargo de consciencia el hecho de andar por ahí contribuyendo al calentamiento global, si voy a contaminar prefiero hacerlo con otras 40 personas en un autobús, no soy envidioso.


Además no estoy para esas presiones: congestionamientos, tráfico, atropellamientos, támaros, limpiaparabrisas, choques en los que tienes que andar tras la gente pa que te pague (o en su caso huir) etc.


A mí me gusta ir sentado tranquilamente viendo la calle, la gente, los hombres, la lluvia, yo qué sé!!... así que no, definitivamente no es lo mío.


Recientemente tuve un percance relacionado a esto (el no tener coche) y mi status económico, salgo yo tranquilamente de mi trabajo un domingo húmedo, ya está entrada la noche pues son las 10:20, y a estas horas los camiones son austeros, pero yo camino y camino hasta la parada del camión, éste, se tarda y se tarda, y yo me desespero, me desespero, (hay más gente desesperada conmigo), y en eso pasa un lujoso auto BMW con algunos jóvenes mancebos tripulándolo, al momento en que uno grita: PINCHES POBRES!!!!, lo que hacen los pacientes (y pobres) usuarios del transporte público es sorprenderse, reírse o simplemente ignorar el comentario.

Conclusión 1: es sorprendente lo idiota que puede llegar a estar la gente (y más un hombre), no hablemos sobre el status económico porque no acabamos.


Conclusión 2: me voy a comprar el vehículo como el que se muestra a continuación pa que no me digan pobre, sirve que puchurro alguno que otro cristiano (rico).



miércoles, junio 13, 2007

Los miércoles lavo los calzones

El destino, después de terminar una carrera universitaria, puede llegar a ser incierto, y más cuando durante dicha carrera fuiste un completo burro, seamos realistas, no fui de los mejores promedios, no fui de los mejores trabajos y mucho menos de los más populares, pero a final de cuentas la estoy librando (falta una materia).

Pensé que llegaría a ser difícil encontrar algún puesto en el que pudiera desempeñar mis "conocimientos" adquiridos, pero que no fuera detrás de un escritorio enseñando a jovenzuelos ávidos de energía pasiva. El puesto no fue difícil de encontrar, aunque estoy detrás de un escritorio, me salvé de los muchachos energéticos.

Entre pláticas con un amigo, éste me menciona que cuánto tiempo esperaré para que me promuevan (como si fuera mi decisión), a lo que le respondo tranquilamente: antes di que tengo chamba!!, a lo que el refuta: primero hay que ver cuánto aguantas sin pelearte. Esto es porque en mis anteriores trabajo me caracterizaba por ser un buen trabajador, entregado, que proponía, y siempre dispuesto, pero tambien, cuando alguien me hacía enojar simplemente aventaba la toalla... en la cara del jefe.

Hoy no es el caso, la jefa es buena gente, el trabajo esta webonzón, y los compañeros... Graciela!!!, qué más puedo pedir?

Pero dentro de toda esta tranquilidad y ese miedo a poder crecer, todo se rompe cuando los reporteros, graduados de universidades caras, tal vez con los mejores promedios, hablan y platican, allende el cubículo, sobre el putero de ropa que tienen y cuándo les toca lavar cada tipo de prenda... esto me crea un vacío profesional, si ellos platican esas cosas, en qué puedo terminar yo?