miércoles, junio 13, 2007

Los miércoles lavo los calzones

El destino, después de terminar una carrera universitaria, puede llegar a ser incierto, y más cuando durante dicha carrera fuiste un completo burro, seamos realistas, no fui de los mejores promedios, no fui de los mejores trabajos y mucho menos de los más populares, pero a final de cuentas la estoy librando (falta una materia).

Pensé que llegaría a ser difícil encontrar algún puesto en el que pudiera desempeñar mis "conocimientos" adquiridos, pero que no fuera detrás de un escritorio enseñando a jovenzuelos ávidos de energía pasiva. El puesto no fue difícil de encontrar, aunque estoy detrás de un escritorio, me salvé de los muchachos energéticos.

Entre pláticas con un amigo, éste me menciona que cuánto tiempo esperaré para que me promuevan (como si fuera mi decisión), a lo que le respondo tranquilamente: antes di que tengo chamba!!, a lo que el refuta: primero hay que ver cuánto aguantas sin pelearte. Esto es porque en mis anteriores trabajo me caracterizaba por ser un buen trabajador, entregado, que proponía, y siempre dispuesto, pero tambien, cuando alguien me hacía enojar simplemente aventaba la toalla... en la cara del jefe.

Hoy no es el caso, la jefa es buena gente, el trabajo esta webonzón, y los compañeros... Graciela!!!, qué más puedo pedir?

Pero dentro de toda esta tranquilidad y ese miedo a poder crecer, todo se rompe cuando los reporteros, graduados de universidades caras, tal vez con los mejores promedios, hablan y platican, allende el cubículo, sobre el putero de ropa que tienen y cuándo les toca lavar cada tipo de prenda... esto me crea un vacío profesional, si ellos platican esas cosas, en qué puedo terminar yo?

1 comentario:

diamandina dijo...

Por eso no hay que tener expectativas. Tssst, ¿quién lava los calzones el miércoles? Nunca me entero de las cosas chidas de este periódico, hum.

Y la verdad sí, ¿qué más se puede pedir que tenernos a mí y al Chiva de compañeris? Nada, nada más. Fuiste bendecido.