El agua me llama, mientras juego con mis amigos y hermanos, en mis poros siento un llamado del agua, el mismo lago en murmullos dice mi líquido nombre y mis pasos me llevan a él, entre los remansos me hago sobre una roca miro dentro y al fondo me acompaño, algunas tortugas se desencefalan y sin tocar al tela superflua las ondas comienzan su juego, corren a las orillas e indecisas regresan, creando un lenguaje de lunas menguantes, la imagen se establece y en el fondo me encuentro con un guerrero, la sorpresa me jala al charco y sorprendido y sin aire termino mojado y con incertidumbre... que tal vez mis dioses reptileos conozcan y esclarescan el origen y destino de esta visión... me levanto y sacudo mi escasa ropa de manta, que a un niño de siete años de estos lugares le sobra.